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Varones casados...

Si nuestras esposas, que están bajo nuestro cuidado, protección, provisión e instrucción, no son hoy mejores y mas piadosas mujeres de lo que eran cuando nos casamos con ellas, es probable que nuestro papel como cabezas del hogar, haya sido en cierta manera negligente y por ende, deficiente.


No creamos los varones que somos infalibles y que “lo sabemos todo” - examinémonos a nosotros mismos y quizás encontraremos en nosotros la causa de algunas deficiencias conductuales en nuestras esposas; en otras palabras, si bien es cierto que cada quien es responsable de sí mismo delante del Señor (Ezequiel 18:4), también es cierto que el Señor ha establecido responsabilidades en nuestras relaciones al interior de nuestros hogares; por ejemplo, el padre es responsable por la educación del hijo (Deuteronomio 6:7), la madre por la administración del hogar (Tito 2:5), etc.


No obstante lo anterior, una cosa es clara: el varón es responsable delante de Dios por el hogar en general; el varón debe velar por la sujeción de la familia bajo su cuidado al Señorío de Cristo, de tal modo que cuando esto no ocurra, en vez de permanecer impasible mirando cómo su hogar se desvía de la voluntad revelada de Dios, debe procurar remediar tal asunto en oración e instrucción; en toda devoción familiar; también, a través de exhortaciones bíblicas y de un diálogo piadoso, paciente y edificante, y ¡por qué no! hasta pidiendo ayuda de sus pastores, cuando así lo demanden las particulares circunstancias.


¡Quiera el Señor sazonar nuestro ejemplo y diligente atención e instrucción para con ellas! y hacer de ellas -por Su gracia, claro está- mejores esposas, madres, hijas, y hermanas en Cristo, para la gloria de Dios.

VOY A DEJAR DE IR A LA IGLESIA A VER SI EL PASTOR ME LLAMA Y SI EN VERDAD LE IMPORTO...