La palabra de Dios nos lleva a la salvación, nos reprende, nos consuela, nos da esperanza, nos llena de confianza, trae conocimiento y gozo a nuestra vida.
Por eso su valor es incalculable, es todo lo que el incrédulo necesita para conocer la salvación en Cristo y restaurar su vida…
En ella encuentra la segunda oportunidad el peor de los pecadores, una segunda oportunidad en Cristo… es todo lo que el creyente necesita para crecer en la gracia y en conocimiento de Cristo para vivir una vida piadosa que agrade a Dios.
Ps. Luis Eduardo Ángeles