Cuando es día del Señor, Dios convoca a Su pueblo, puedes adorar en tu casa, pero el Señor hace el llamado a reunirnos para exaltarlo y alabarlo congregados juntos.
No asistimos como un ritual religioso, ni como si fuera una carga, sino con gozo, recordando que fuimos perdonados de todos nuestros pecados.
Asistimos porque el Dios soberano convoca, y sus hijos responden con obediencia.
' Que den gracias al Señor por Su misericordia Y por Sus maravillas para con los hijos de los hombres. Exáltenlo también en la congregación del pueblo, Y alábenlo en la reunión de los ancianos. '
(Salmo 107:31-32)