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Proceso de transformación

Cuando un hombre o una mujer son salvados por Cristo...

Cuando un hombre o una mujer son salvados por Cristo, comienza en ellos un proceso de transformación que implica el derribo de todo ídolo que alguna vez ocupó el lugar de Dios en sus corazones. La salvación no solo nos libera de la condenación del pecado, sino que nos llama a una vida de santificación en la cual, mediante el arrepentimiento, renunciamos a todo aquello que compite con la supremacía de Cristo en nuestras vidas. Como dice Ezequiel 36:26, Dios nos da un "corazón nuevo" y un "espíritu nuevo", quitando el corazón de piedra y reemplazándolo con uno sensible a Su voluntad. Así, el verdadero creyente, al ser regenerado por el Espíritu Santo, no puede seguir aferrado a los antiguos ídolos de su pecado, sino que es llamado a despojarlos en obediencia a Dios (Colosenses 3:5).


Este proceso de derribar ídolos es continuo y se da a lo largo de toda la vida cristiana, pues aunque hemos sido justificados, aún luchamos contra la carne y sus deseos (Gálatas 5:16-17). El arrepentimiento genuino no es un evento único, sino una actitud constante de rendición a Dios, reconociendo que solo Cristo es digno de nuestra adoración. Jesús nos advierte que no podemos servir a dos señores (Mateo 6:24), lo que nos llama a examinar constantemente nuestro corazón y someterlo a Su señorío. De esta manera, el creyente avanza en su viaje hacia la patria celestial, creciendo en santidad y reflejando cada vez más la imagen de Cristo, quien es el único que merece ocupar el trono de nuestra vida.


SOLI DEO GLORIA

La Biblia: Inspirada por Dios, Infalible, Autoritativa y Suficiente