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Cuidar la iglesia local

La responsabilidad de cuidar la iglesia local no recae únicamente en los pastores y líderes, sino que es un deber compartido por todos los miembros del cuerpo de Cristo. La Biblia nos enseña que la iglesia es un organismo vivo, donde cada miembro tiene un papel fundamental en su edificación y cuidado.


1. La Iglesia como Cuerpo de Cristo

Pablo nos recuerda en 1 Corintios 12:12-27 que la iglesia es un cuerpo compuesto de muchos miembros, cada uno con una función específica. Ningún miembro es innecesario, y todos deben trabajar juntos para el crecimiento y la salud de la iglesia.


2. La Responsabilidad de Todos los Creyentes

Cada creyente tiene la responsabilidad de:

  • Velar por la pureza doctrinal (Gálatas 1:6-9, 2 Timoteo 4:2-5): Todos debemos estar atentos para que la enseñanza en la iglesia sea fiel a la Palabra de Dios.
  • Fomentar la unidad y el amor fraternal (Efesios 4:1-3, Colosenses 3:12-14): El cuidado mutuo fortalece a la iglesia y la hace un testimonio vivo del evangelio.
  • Exhortarnos y animarnos unos a otros (Hebreos 10:24-25): Debemos motivarnos al amor y a las buenas obras, congregándonos fielmente.
  • Orar por la iglesia y sus líderes (Efesios 6:18-20, 1 Tesalonicenses 5:25): La oración es esencial para la protección y dirección de la iglesia.
  • Servir con los dones espirituales (1 Pedro 4:10-11, Romanos 12:4-8): Dios nos ha dado talentos y habilidades para edificar a la iglesia y suplir sus necesidades.


3. El Impacto del Cuidado Compartido

Cuando cada miembro asume su responsabilidad, la iglesia se fortalece y crece en santidad, amor y efectividad en la misión de hacer discípulos. Además, refleja la gloria de Dios en el mundo y da testimonio del poder transformador del evangelio.


Cuidar la iglesia local no es opcional, sino un llamado para cada creyente.


¿Cómo estás contribuyendo hoy al bienestar de tu iglesia?

La honestidad en la iglesia local